Neurocirugía Pediátrica Dra. Plaza

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Doctora Plaza. Neurocirugía Pediátrica en Valencia

 Columna y espina bífida 

 Patologías: 

Como neurocirujana infantil, mi enfoque está completamente centrado en el bienestar y la salud de los pequeños pacientes.

En mi práctica, me dedico a proporcionar una atención quirúrgica integral de los niños.

Estoy comprometida en  mantener la excelencia en la neurocirugía infantil y a ser un apoyo constante en el cuidado de la salud de tus seres queridos.

Puedo valorar tu caso desde mi consulta privada online.

 

¿Qué puedo hacer por ti?

Soy especialista en Neurocirugía Infantil 

Introducción a las malformaciones congénitas de la columna y médula espinal en Niños: Disrafismos espinales, espina bífida, anclaje medular

Las malformaciones congénitas más frecuentes en la columna y médula espinal en los niños es el disrafismo espinal o espina bífida y las malformaciones de la porción más inferior de la médula espinal. 

El diagnóstico se puede hacer antes del nacimiento con ecografía o resonancia magnética o más adelante, incluso en la edad adulta. 

Se producen por desorganización en la normal formación embriológica de estas estructuras entre las semanas 2ª y 6ª del embarazo. Esto lleva a un anormal cierre posterior o diferenciación en algunas de estas estructuras: la piel, músculos, hueso, cubiertas o médula espinal. Según afecte a unos u otros el espectro de presentación será diferente. Hay dos grandes grupos de presentación: 

– Los disrafismos abiertos o mielomeningoceles, en los que el tejido nervioso aflora a la superficie y que requieren un tratamiento de urgencia al nacimiento. Su forma de presentación y pronóstico es diferente al de los cerrados. Desde que se administra ácido fólico a la madre durante y antes del embarazo su frecuencia ha disminuido de manera importante en nuestro medio

– Los disrafismos cerrados, en los que hay una malformación interna, cubierta por la piel. Puede ser desde muy leve afectando solo al hueso o músculos o de mayor entidad cuando asocia una malformación medular. En este último supuesto la malformación puede anclar o fijar la médula en la zona de la malformación o producir una compresión medular por el tejido graso de la malformación. Ambas circunstancias son las que pueden llevar a producir un daño adicional en la médula o nervios, aparte de la que cada niño puede tener por la malformación de la médula en sí misma. Y esto es lo que se puede tratar. También puede existir anclaje medular por otras causas adquiridas (cirugías previas, traumas…). En nuestro medio, esta forma es más frecuente que las abiertas.

Hablaremos de estas un poco más. 


Síntomas de disrafismo espinal oculto, lipoma de cono medular o anclaje medular: 

Los síntomas de presentación pueden ser de gravedad variable. 

– Estigmas cutáneos: anomalías cutáneas en la línea media en la espalda a la altura de la deformidad como pueden ser un penacho de pelo, una mancha rojiza, un aumento de grasa subcutánea a dicho nivel más o menos simétrica, un apéndice cutáneo, o un punto de entrada en la piel hacia un tracto interno.

– Alteraciones en la movilidad de pies o piernas

– Alteraciones en la sensibilidad en pies o piernas

– Desarrollo de malformaciones ortopédicas en los pies o piernas o diferencias en el tamaño de un miembro respecto del otro

– Trastorno en el funcionamiento de vejiga y esfínteres.

– Dolor de espalda o en piernas. 

Diagnóstico: 

Ante una sospecha clínica de disrafismo espinal oculto la prueba diagnóstica de elección es la resonancia magnética. En algunas ocasiones se puede necesitar complementar la información con un TAC o Rx. Otras veces, sobre todo en recién nacidos se puede hacer una primera aproximación diagnóstica con una ecografía de la columna. En los disrafismos ocultos el diagnóstico se suele hacer tras el nacimiento, a diferencia de los abiertos o mielomeningocele, que en la mayoría de casos se diagnostican antes del nacimiento. 


Tratamiento de la Espina Bífida en Niños:

    • Cuando se trata de un disrafismo abierto, el tratamiento debe ser urgente. El defecto y la reubicación del tejido nervioso se debe hacer en las primeras horas de vida para disminuir el riesgo de infección. Con frecuencia además necesitan una derivación del líquido cefalorraquídeo. 
    • Cuando se trata de una malformación cerrada, la cirugía, si está indicada, se hace de forma programada y cuando el niño tiene ya unos meses de vida. La cirugía, en este caso, tiene varios objetivos que son: eliminar toda comunicación posible con el exterior, si hubiera un tracto fibroso que lo comunica; extirpar la grasa que está adherida a la médula que distorsiona y comprime el tejido nervioso y despegar o desanclar la médula de las capas adyacentes para que se pueda mover con normalidad y no tenga tensión alguna. Esta cirugía ha de ser muy cuidadosa y suele requerir de monitorización neurológica específica intraoperatoria. 

En el postoperatorio el paciente debe permanecer en reposo y tumbado los primeros días. Se debe tener un cuidado exquisito de la higiene de la herida. 

Durante el seguimiento será recomendable considerar el seguimiento de rehabilitadores, ortopedas, y urólogos para asegurar una detección y manejo adecuado  de posibles anomalías que pudieran aparecer. Estos pacientes suelen requerir un seguimiento periódico a largo plazo por un neurocirujano con experiencia en el tratamiento de estas malformaciones, sobre todo durante el periodo de crecimiento. 


Pronóstico funcional de la espina bífida: 

De nuevo es muy variable. Algunos niños no muestran ninguna sintomatología durante el desarrollo. Otros, sin embargo, y dependiendo de la complejidad de la malformación y del tratamiento recibido pueden mostrar síntomas de anclaje medular que pueden ser de severidad variable y las opciones de tratamiento pueden variar según el caso.