Introducción:
La Malformación de Chiari es una compleja condición neuroanatómica que afecta al cerebelo, tronco del encéfalo y la médula espinal. En algunos casos, más complejos, aparece asociada a una anormal conformación ósea de la base del cráneo y primeras vértebras cervicales. En esta malformación, debido a diferentes motivos posibles, el cerebelo desciende hacia el canal espinal a través del agujero magno (es el agujero que comunica el contenido intracraneal con el contenido del canal espinal), robando el espacio que requiere el tronco cerebral o médula espinal y bloqueando la normal circulación del líquido que baña el sistema nervioso central a este nivel. Esto, en ocasiones, puede dar lugar a un amplio espectro de síntomas de gravedad variable. Se recomienda que los pacientes con diagnóstico de malformación de Chiari sean valorados por un neurocirujano pediátrico. A la hora de valorar esta enfermedad es importante estar familiarizado con ella ya que la presentación y el manejo pueden ser muy variables, pudiendo no requerir tratamiento alguno hasta precisar tratamiento con cirugía.
Tipos de Malformación de Chiari:
Los más frecuentes son:
- Chiari tipo 1: Es la forma más frecuente de presentación. Hace referencia al descenso de una parte del cerebelo en el canal espinal
- Chiari tipo 1.5: Es una presentación más compleja respecto del tipo 1, que implica el descenso del cerebelo junto con parte del tronco del encéfalo en dicho canal espinal
- Chiari tipo 2: Es una forma diferente y hace referencia a dicha condición cuando está asociada a un paciente con antecedente mielomeningocele (esto es, una herniación de la médula espinal a través del la piel al nacer). En éstos, el descenso de cerebelo y tronco suele ser más acusado. Su forma de presentación y manejo son muy diferentes a los previos.
Prevalencia en Niños:
La frecuencia exacta de presentación en la población pediátrica es difícil de determinar, ya que algunos casos pueden ser asintomáticos. Se estima que puede presentarse en el 1 a 3,5% de la población. Por otra parte, la mayoría de pacientes con Malformación de Chiari se diagnostican durante la infancia.
Causas de la Malformación de Chiari en Niños:
En ocasiones el origen de esta malformación puede ser multifactorial. En algunos casos, incluso, aún no se comprenden completamente. Algunos elementos que podrían contribuir a su desarrollo son:
1. Factores Genéticos:
- Son pocos pero algunos factores reconocidos pueden estar asociados a la malformación de Chiari, por ejemplo la hipofosfatemia ligada a X, la neurofibromatosis tipo 1, el síndrome de Ehler Danlos…
2. Base Congénita:
- La Malformación de Chiari a menudo se considera congénita, lo que significa que está presente desde el nacimiento. En estos casos puede ser una malformación aislada o estar asociada a otras malformaciones en esta misma región o a distancia. Ello puede hacer que la presentación sea más severa o el manejo más difícil.
- Falta de espacio para el cerebro o cerebelo por malformación de los huesos de la cabeza
- Cerebelo aumentado de tamaño
- Conformación anómala de los huesos de la parte baja del cráneo y de las primeras vértebras cervicales.
2. Desencadenantes o Factores de Riesgo:
- Lesiones Traumáticas: Lesiones en la cabeza o el cuello pueden desencadenar la presentación de la Malformación de Chiari (latigazo cervical, volteretas, precipitaciones…)
- Presión baja en el líquido cefalorraquídeo (por pérdida de líquido de origen traumático, por llevar derivaciones de líquido…)
- Presión alta en el cráneo: Ya sea por falta de espacio para el cerebro o una presión alta en el líquido que baña al cerebro
Tener en cuenta estas posibles causas y factores de riesgo es esencial para el diagnóstico y el manejo adecuado de la Malformación de Chiari en niños.
Síntomas de la Malformación de Chiari en Niños:
1. Dolores de Cabeza:
- Es el síntoma más frecuente con diferencia, pero hay que diferenciarlo que los dolores de cabeza debidos a otros motivos. Se deben al bloqueo del paso de líquido que equilibra las presiones entre la cabeza y el canal espinal en determinadas maniobras. La forma de presentarse típicamente son las localizadas en la nuca, que empeoran cuando se hace un esfuerzo y de corta duración
2. Disfunción medular y escoliosis:
- Siringomielia: ES el desarrollo de una cavidad de líquido dentro de la médula espinal. Está presente en el 23% de los pacientes con Chiari y en más de la mitad de los casos que se operan. Esta asociación es importante porque puede llevar a pérdida de fuerza y sensibilidad en las extremidades. Es importante que todos los pacientes con siringomielia sean valorados por un neurocirujano.
- Escoliosis: los pacientes que asocian siringomielia, en un 30% además presentan escoliosis.
3. Otros:
- Apenas del sueño: pausas respiratorias durante el sueño, centrales u obstructivas
- Disfagia: dificultad para tragar que se manifiesta con tos y atragantamientos durante la deglución, neumonías repetidas…
Diagnóstico de la Malformación de Chiari en Niños:
1. Evaluación Clínica:
- Descripción: La evaluación clínica por un especialista, como un neurocirujano infantil, es fundamental. Se revisa la historia clínica, se realizan exámenes neurológicos y se evalúan los síntomas del niño.
2. Estudios de Imagen:
- Resonancia Magnética (RM) Craneal y de Columna: La RM proporciona imágenes detalladas de la malformación a nivel del cerebro y médula espinal.
- Tomografía computarizada: Principalmente utilizada en situaciones específicas cuando se sospecha una anatomía ósea anormal.
4. Estudios Funcionales:
- Monitorización de la Presión Intracraneal: Solo se plantea en casos específicos, en los que puede ser de interés comprender mejor la dinámica del líquido en relación a la malformación..
- Estudio neurofisiológico: Potenciales evocados: Permiten valorar de manera objetiva algunas funciones específicas como son la conducción del estímulo nervioso a través de la médula o nervios.
- Polisomnografía: Permite valorar el patrón de respiración durante el sueño, que se altera en algunos casos
Tratamiento de la Malformación de Chiari en Niños:
1. Enfoques Médico:
- En una primera fase y cuando los síntomas no sean graves se puede empezar planteando un manejo médico de las cefaleas. Cuando la malformación es grave o hay problemas neurológicos este modo de manejo no será suficiente y el tratamiento sería fundamentalmente quirúrgico.
2. Enfoque Quirúrgico:
- El objetivo de la cirugía es dar espacio a las estructuras nerviosas que están compactadas en el foramen magno y permitir que el líquido circule libremente en torno a ellos.
- Para ello se realiza una resección de hueso en la parte más inferior y posterior del cráneo y en la parte posterior de la primera vértebra cervical
- Habitualmente tras ello se suele abrir la duramadre, que es la capa que envuelve al sistema nervioso central, se exploran las estructuras nerviosas a este nivel para comprobar que no existen obstáculos para el libre paso de líquido cefalorraquídeo y se sutura un parche expansivo, ampliando el espacio para dichas estructuras de manera que queden liberadas.
- Hay algunas variantes de la técnica a considerar según sea el caso, pero esta es la que usamos con mayor frecuencia.
- Tras la cirugía, se suele guardar reposo unos 2-3 días. Es normal tener molestias en la zona de los músculos y heridas durante los primeros 7-15 días tras la intervención. En este tiempo es crucial mantener una vigilancia estrecha sobre la herida.
- A 1-3 meses tras la operación uno puede hacer una vida prácticamente normal.
4. Pronóstico:
Perspectivas a Corto y Largo Plazo:
- Corto Plazo: La cirugía puede aliviar rápidamente los síntomas relacionados con la presión en el cerebelo.
- Largo Plazo: Con un manejo continuo y seguimiento médico, muchos niños experimentan una mejora sostenida en su calidad de vida.
- Es importante llevar un seguimiento tras la operación para valorar el resultado clínico y de imagen hasta determinar que la mejoría está afianzada y es duradera.
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Enfrentarse al diagnóstico de Malformación de Chiari puede ser desafiante, pero con educación, apoyo y cuidado continuo, los padres y cuidadores pueden ser agentes clave en el bienestar de sus hijos. Cada caso es único, y el enfoque personalizado por parte del equipo médico es fundamental para lograr los mejores resultados.